El principio de primacía tiene un importante significado en todas las organizaciones políticas caracterizadas en su organización por tener una estructura basada en el pluralismo territorial. Del mismo modo el principio se aplica en las relaciones Derecho internacional - Derecho interno o en el ámbito de la Unión Europea. La Constitución de 1978 también recogió el principio. Su interpretación fue entendida en un inicio como una norma de competencia. Las normas estatales siempre precedían a las autonómicas. Posteriormente se conceptuó como un principio que resolvía las contradicciones entre normas estatales y autonómicas, siempre que ambas fuesen válidas.