Magna obra, de más de 20 volúmenes, con la traducción de las crónicas históricas sobre Al-Andalus, ordenadas de forma cronológica. Cuando comienza este libro el escenario es espléndido: al-Andalus lleva un siglo de pujanza incontestada que ha abierto camino a un espectacular desarrollo en todos los ámbitos de la existencia. Prosperan la agricultura y el comercio, que llenan las arcas del Estado; florecen la literatura y las artes. Ningún enemigo la inquieta; los poderosos ejércitos califales no tienen rival en la Península y pisan con fuerza en el Magrib. La gente vive bien... y no tiene conciencia ni recuerdos de que se pueda vivir de otra forma.
Pero parece que los largos periodos de bienestar y el olvido empujan a la gente al abismo, y los andalusíes, los cordobeses en realidad, pues todo el mérito es suyo, no son una excepción: Desprecian lo que tienen y se dedican con entusiasmo a destruirlo de la única manera que se puede hacer, desde su interior. Lo malo es que también están destruyendo su mundo.
Cuando termina este libro, menos de treinta años después, al-Andalus es una tierra derrotada, empobrecida y dividida, tributaria de los reinos cristianos y sometida a sus continuos ataques e incursiones, con su orgullosa capital, Córdoba, asolada y arrasada por guerras, asedios y matanzas. Una tierra que ya ha iniciado su inexorable camino hacia el final...