Cada relato es un eco de calma, un abrazo suave que nos recuerda que está todo bien, que en los detalles más pequeños habita la magia de la vida. Sin prisas, sin reproches, sólo el asombro y la alegría de saberse en armonía. Ahora es tiempo de jugar, de vivir. Con ellos, Clara teje un tapiz multicolor, tramado con hilos de certezas e incertidumbres, que transforma en un chal cálido, que nos envuelve con tibieza. En estas páginas, Clara Coria nos invita a pasear por los senderos íntimos de lo cotidiano, donde lo sencillo se revela extraordinario. Con una prosa serena y transparente, como el agua que fluye, comparte momentos que, en su aparente simplicidad, encierran la sabiduría de lo vivido. Sin prisas, sin reproches, sólo el asombro y la alegría de saberse en armonía. Ahora es tiempo de jugar, de vivir.