Los grupos juveniles violentos de origen latino se han
consolidado en España, aumentando sus actividades delictivas y su violencia. Aunque se ha investigado este fenómeno desde perspectivas criminológicas y sociológicas, es esencial abordarlo desde el ámbito jurídico-penal. Esta obra tiene como objetivo analizar estos grupos como organizaciones criminales y examinar los problemas de probar la pertenencia
de sus miembros para fundamentar sentencias condenatorias.
También se explorarán las dificultades en la obtención de pruebas, que afectan el principio de presunción de inocencia.
La violencia es una constante en la vida de estos jóvenes, manifestándose como violencia estructural por limitaciones económicas y física entre bandas rivales. Además, se analiza el uso de las redes sociales por menores para captar nuevos miembros y organizar actividades violentas, así como para difundir su identidad y simbología.