De un tiempo a esta parte, la incorporación de la perspectiva de género a nuestros sistemas de Justicia se ha convertido en necesidad incontestable. Atrás quedan -o deberían quedar- las falaces ideas de que el Derecho es neutro, objetivo. Nada más lejos de la realidad: los ordenamientos jurídicos son fruto de las sociedades que los han creado y, en lo que al interés de este trabajo respecta, si éstas son heteropatriarcales y androcéntricas, también lo serán sus normas. De este modo, no sólo obviarán los intereses de los grupos en situaciones de vulnerabilidad -en este caso, de las mujeres-, sino que reforzarán los privilegios de quienes ostentan el poder. Esta obra completa el catálogo Aranzadi.