¿Cuáles son las funciones del Derecho, qué técnicas utiliza para desempeñarlas y cuáles son sus fines? Esta pregunta remite a tres de los grandes interrogantes en el ámbito de la Teoría y la Filosofía del Derecho. La respuesta, nada fácil, puede buscarse desde el análisis de las funciones del Derecho: orientación social, tratamiento de conflictos declarados y legitimación del poder. De ellas, este trabajo se centra en la primera, ya que, remite al papel del ordenamiento jurídico que tiene que ver con su poder de castigar o premiar para motivar conductas. O lo que es lo mismo, alude a la combinación entre las sanciones negativas y las positivas.
En un momento de creciente punitivismo, lo que este estudio pretende es evidenciar que el establecimiento de sanciones negativas, y con ellas el uso de la coacción, no es el único medio de que dispone el Derecho para conseguir sus fines. Más bien al contrario, alentar y promover conductas a través de las sanciones positivas es una opción que no debe desestimarse desde su compatibilidad con la pena. Como se evidencia en esta obra, es posible actualizar la idea bobbiana de sanción positiva.
Se invita así a considerar la importancia de premiar, para fortalecer valores como la libertad y la igualdad, en los ordenamientos jurídicos de los modernos Estados de Derecho.